Hay casas que son solo paredes y techo.
Y luego está esta.
Un chalet independiente de piedra, con 510 m2 construidos, 380m2 útiles y una parcela de 1.200 m2, a 35minutos de Barcelona.
Aquí lo tienes todo: piscina privada, jardín con riego automático, gimnasio propio, vestuarios y… una pista de squash (sí, una pista de squash. No es broma).
Planta principal
Un salón con chimenea para ese café de domingo en pijama.
Una cocina office enorme con salida al porche y la terraza, porque desayunar aquí sabe a vacaciones.
Además: 3 habitaciones (2 dobles), 2 baños, lavadero y despensa.
Planta piso
Una suite con vestidor y un baño que te hará dudar si salir de casa o encerrarte allí todo el fin de semana.
Planta inferior – el territorio de las sobremesas largas
Garaje para 2 coches (y aún sobra espacio)
Sala polivalente para cine, juegos o lo que quieras inventar
Una segunda cocina con chimenea, perfecta para esos arroces de invierno que huelen a domingo
Bodega para guardar ese vino que dices que abrirás “cuando llegue el momento”
Trastero y sala de máquinas
1 baño completo
Y, por supuesto, barbacoa, porque la vida sin carne a la brasa tiene menos gracia
En resumen
Esta casa no es solo una casa.
Es donde las noches de verano con amigos se convierten en recuerdos.
Donde los domingos duran más.
Y donde tendrás la sensación de que, por fin, has llegado al lugar en el que querías estar.